Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Con una maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en un tapiz https://susanfuez159988.madmouseblog.com/19191441/la-noche-del-cabezazo-que-cambió-la-historia-del-fútbol